La mediación es imprescindible para el establecimiento de relaciones interculturales. A través del intercambio y el diálogo, facilita puentes de comunicación entre tres polos (profesionales, pacientes y familias, mediador/a) con el fin de llegar a acuerdos y consensos. A su vez, acerca a las personas y comunidades afectadas por el racimso a los servicios y recursos, velando por el ejercicio de sus plenos derechos.